Honrando el ritual, pero cuestionando nuestros hábitos de consumo
En mi amado país Argentina y en muchos otros países en el mundo, disfrutamos de un ritual que nos invita al intercambio en ronda, habitando el momento presente, una forma amorosa de conectar con nuestrxs amigxs y familia: ¿y si nos tomamos unos mates?
Celebro la unión a través de las costumbres, porque es nuestra identidad, nuestra cultura, nuestra forma de compartir saliendo del chip de la productividad que el sistema nos quiere imponer. Recuerdo que cuando era chica, le decía a mis amigxs ¿Queres venir a jugar a casa? Y al crecer transitando la adolescencia, la pregunta cambio a ¿Queres venir a tomarte unos mates? Entonces como no honrar esta hermosa tradición presente en todos los hogares, transmitida de generación en generación más allá de las creencias, lo importante es mirarnos a los ojos, compartir momentos felices y penas también.
Lo que me empezó a llamar la atención hace ya varios años, es como nos desconectamos de lo que decidimos consumir y que compramos en paquetes de colores en los supermercados (alimentos, cosméticos, etc.), y a esto no escapa la yerba que usamos para armar nuestro mate, muchxs ni si quiera conectan con que es una planta. No sabemos en que condiciones fue cultivada y cosechada, ni mucho menos cuales son los principios activos que la constituyen.
Ayurveda, la medicina milenaria tradicional de la India, me enseñó que toda sustancia puede ser remedio, veneno o medicamento según como y quien la utilice. Si reflexiono en el cómo valoro muchísimo lo que comentaba al principio de la nota, el mate como medio de comunicación, pero no nos olvidemos que aquí también incluimos la cantidad que decidimos consumir ya que no es lo mismo tomar 3 mates con yerba de buena calidad, que tomar 3 litros en un día.
El quien lo consume resulta fundamental también, y en ese sentido las medicinas holísticas al centrarse en la persona nos regalan una posibilidad de reencontrarnos con nuestra individualidad, profundizando el camino de autoconocimiento para poder elegir con más presencia y consciencia aquello que necesitamos para mantener nuestra salud como seres únicos e irrepetibles. Siguiendo esta premisa, es que entonces podemos entender la necesidad de adaptar nuestros queridos mates a cada unx de nosotrxs. Conservamos la ronda pero elegimos con cual o cuales plantas vincularnos al momento de prepararlo según nuestra propia naturaleza. Vengo teniendo experiencias muy hermosas al respecto, y resulta que mis amigxs ya incorporaron “matecitos yuyeros”, mucho más amorosos con sus fisiologías.
Por ejemplo, a una de mis amigas la yerba mate le generaba mucha acidez y ella ama el mate para calmar el fuego que le enseñe. Otro de mis amigos, tenia mucho insomnio y al hacer una transición de yerba mate a plantas calmantes, pudo ir mejorando esta tendencia.
Recordemos que no todo es para todxs y siempre algo es para alguien. Es por eso que en las próximas notas te voy a compartir sugerencias de armado de matecitos siguiendo los principios Ayurveda, para que disfrutes y compartas con amor.
¿Te paso de sentir alguna molestia física o mental por el exceso de yerba mate?
Te leo en comentarios